Como Meditar: Una clara necesidad en nuestros tiempos

Hoy en día la práctica de la meditación ya no es vista como antes desde ese cliché prejuicioso de esa actividad extraña y desconocida, importada de oriente y reservada a unas cuantas personas raras y más o menos excéntricas que viajaban a la India para quedarse a vivir en un ashram durante algún tiempo. La meditación además es una práctica antiquísima practicada durante más de 4000 años, y no solo en las filosofías orientales.

Las bondades de la meditación son hoy en día un hecho probado científicamente. Diversos estudios científicos sobre todo en EEUU, Reino Unido y Alemania demostraron que la práctica continuada de la meditación produce los siguientes efectos:

• Contrarresta los mecanismos cerebrales asociados al estrés.
• Potencia el funcionamiento de la parte del cerebro, sede de las emociones positivas y equilibra a la otra parte, más normativa.
• Al utilizar más esta parte del cerebro, se reduce el temor y la ira, aumentando las defensas naturales de nuestro cuerpo.
• Algunas meditaciones contribuyen a mejorar la capacidad intelectual, la memoria y la plasticidad cerebral.
• Mejoría notable en patologías depresivas crónicas y en algunas enfermedades degenerativas.

De hecho ya se ha empezado a utilizar con éxito en algunos organismos oficiales de EEUU, como son prisiones, hospitales y colegios.

Sobre como meditar hay quizás tantos métodos como escuelas o maestros de meditación, y de esto hablaremos más adelante, pero si lo que quieres saber es como empezar a meditar y como meditar seguro, aquí van algunas indicaciones básicas que te van a permitir empezar con tu práctica desde ya mismo.

Como meditar – Instrucciones básicas

Para empezar, siempre que nos sentemos a meditar conviene revisar principalmente el lugar, el cuerpo y la motivación para meditar.

El lugar:

Que sea un lugar tranquilo y sin interferencias ni ruidos imprevistos. Con una temperatura agradable. Es bueno que dediquemos unos pocos minutos a preparar el ambiente, así también preparamos nuestra mente a dejar la actividad que estábamos realizando. Poner un poco de orden, encender una vela o una barrita de incienso, creando un ambiente tranquilo y relajante quizás con algo de música para empezar. Lo importante no es el ritual, sino el mensaje que llega a nuestra mente.

La postura:

Lo único importante de la postura es que la espalda este derecha, todas las demás partes del cuerpo han de estar al servicio de que la espalda este derecha pero con la mínima tensión.

Relajación:

Para observar la mente, lo primero es relajar el cuerpo. La mejor forma de empezar es por medio de la respiración. Cerramos los ojos y hacemos siete  respiraciones profundas llenando bien los pulmones lentamente y expulsando todo el aire por la nariz. Después respiramos con normalidad y llevamos la atención a los pies, reconocemos las sensaciones y dejamos que se ablanden y descansen, apoyándonos en la soltada del aire. Así seguimos con las piernas, y con las distintas partes del cuerpo, subiendo por la espalda y luego por el pecho hasta llegar a la cabeza.

Motivación:

Este quizás sea el paso más difícil de entender, pero es de los más importantes: Los resultados que obtengamos dependen más de la motivación que de la práctica en sí. Esto es lo siguiente: si la meditación la hacemos para ser más capaces y tener más sabiduría para ayudar a los demás va a ser sustancialmente diferente a si lo hacemos solo por nosotros. Esta ha de ser la motivación. Es como un plus que puede subsanar otras deficiencias de la meditación en sí. Como habitualmente no tenemos esa intención podemos generarla  lo más sinceramente posible apoyándonos en ver todo lo que hemos recibido de los demás a lo largo de la vida y deseando la felicidad y el fin del sufrimiento para todos los demás, desde los más próximos hasta donde lleguemos.

La práctica de meditación:

Hay muchos tipos de meditación que podremos ir experimentando, pero podemos empezar por desarrollar la concentración, manteniendo la atención en un estimulo sin pensar en nada más. Podemos empezar observando la respiración, como entra y sale el aire de nuestras fosas nasales, sintiendo humedad o sequedad, temperatura, sensaciones… intentando no distraernos, y si nos distraemos volviendo a observarla.

Para empezar con 10 ó 15 minutos es suficiente. Lo más importante es hacer la práctica diariamente y si es posible a la misma hora. El momento más adecuado suele ser en la mañana, y siempre es mejor hacerlo antes de las comidas. Otra cosa que creo importante es agradecer al final de la meditación por ese momento tan especial en el día y por lo que se me ha dado y me va a permitir dar.

De momento nos quedamos con estos pasos básicos para que desde ya quien quiera pueda empezar a meditar. Seguiremos ampliando esta información y otros métodos de meditación en siguientes artículos.

Me gustaría que me dejarás un comentario sobre este artículo que acabas de leer y también cuéntame un poco y dime cual es tu principal dificultad, a la hora de meditar, yo personalmente estaré contestando tus preguntas y comentarios.

Gracias,

Carlos Peral